Se usó una escala para medir las respuestas entendiéndose que 1 es nada y 5 es mucho.
La primer sección que evalúa el grado de ansiedad o preocupación relacionados con su propia muerte, se observa que el 41% de los participantes no les preocupa morir solo, así como tampoco les preocupa tener una vida breve (35%), las cosas que puedan perder después de morir (55%) morir joven (31.7%) el no poder pensar ni experimentar nada nunca más (41%) o la desintegración del cuerpo después de morir (58.3%), en cambio se noto que al hecho de cómo será estar muerto al 33% no les preocupa pero al 28.7% parece preocuparles.
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