Actualmente la sociedad ve como tabú hablar de la muerte, sobre todo si existe la presencia de niños chiquitos, existe una burbuja de protección creada por los adultos que priva a los menores de la toma de conciencia sobre la muerte, e incluso de la despedida de sus seres queridos, ritual necesario para cerrar correctamente el ciclo del duelo.
Todo este oscurantismo pedagógico en nuestra sociedad actual, ha disparado una respuesta emocional de las personas que muchas veces llegan a somatizarse, llegando en algunos casos a desarrollar una ansiedad grave, una depresión o la pérdida de habilidades adaptativas adecuadas ante situaciones de estrés.
Esta burbujita de tabú, nos ha impedido aceptar que existen demasiadas personas en agonía, desde los familiares cercanos que están durante todo el proceso, hasta las mismas personas que les asusta la idea de que en posiblemente, ese sea su último día de vida. Esto puede llegar a ser un verdadero problema pues al no tener la suficiente conciencia de lo que esto implica
Comentarios
Publicar un comentario